Acantilados de todos los colores

Como residente extranjero desde hace muchos años, lo pienso dos veces antes de quejarme de algun aspecto de la vida en Nerja, cuando este pueblo me ha acogido con tanta generosidad.
Pero… a veces en un esfuerzo por hacer algo con buen gusto se consigue justo lo contrario. Me refiero al alumbrado de los acantilados de la Playa Calahonda, que va cambiando de un color a otro, cada uno más estridente y artificial que el anterior. Son colores propios de las golosinas en una tienda de chuchería, no del bello panorama otorgado por el Balcón de Europa. ¿Qué tiene de mal su tono natural? Si de noche miramos hacia el oeste desde el Balcón vemos todo alumbrado de una manera simple y normal, y se agradece.
Cuestión aparte es si realmente nos interesa la cantidad y intensidad del alumbrado que tenemos. La contaminación lumínica que prevalece actualmente supone la pérdida de gran parte del espectáculo nocturno astronómico.
Nicholas Butcher

2 comentarios en “Acantilados de todos los colores”

  1. Lo de la iluminaciòn ténue del acantilado bien; pero es verdad que, a mi juicio, lo de tanto colorín queda un pelín paleto. Aunque también es verdad que sobre gustos y colores no hay nada escrito.

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