La plaza de la Ermita, fatal la rehabilitación. Insípida y peligrosa con las rampas, sin fuente y sin vegetación, todo enlosado. En el Balcón de Europa, lo mismo, desaparecen los jarrones de piedra ¿dónde están?) y los jardincillos que le dotaban de identidad y de nuevo enlosado total con cubos peligrosos que no van con esta preciosidad de espacio. Y es que los arquitectos no son infalibles y se equivocan. Un modernismo que tira para atrás por anodino. Le están arrebatando el sabor y carácter de sus plazas
josefa g. montoya