Alerta por la temprana aparición de la oruga procesionaria

La plaga por las altas temperaturas desata los casos de urticaria en la piel humana y la preocupación entre dueños de perros.

El invierno primaveral que soportamos tiñe los pinares de motas blancas. Las altas temperaturas han tenido una doble consecuencia en la eclosión masiva y adelantada de la oruga del pino, conocida como procesionaria por las hileras que forman en su estadio previo a su enterramiento para convertirse en mariposa.

Aunque habitualmente los núcleos urbanos son fumigados para evitar este tipo de plagas, los expertos alertan del riesgo para la salud que supone el contacto con estos insectos para niños y mascotas.

Se trata de una especie de lepidóptero que parasita los pinos y cedros y que es la causante de alergias en la época final del invierno. En su fase de oruga puede afectar a la salud de personas y animales si estos entran en contacto con la misma, ya que tiene unos pelos urticantes que, al contacto directo e indirecto, pueden producir algún tipo de alergia cutánea. En ocasiones, pueden causar cuadros de alergias respiratorias o incluso en casos más extremos, un shock anafiláctico.

Por ello, y con el objetivo de prevenir, se recomienda no realizar actividades al aire libre en zonas de pinares o cerca de ellos; evitar acercarse o tocarla, puesto que pueden producirse reacciones a distancia; utilizar una crema de corticoides o antihistamínicos orales si se produce una reacción local para tratar la reacción; y acudir a un alergólogo para que analice la alergia.

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