La Audiencia Provincial acaba de confirmar las penas impuestas a los imputados.
Los hechos ocurrieron en 2011, cuando un policía local se dirigió hacia un coche que estaba estacionado encima de la acera y pidió al conductor que le entregara la documentación para multarle.
El conductor increpó al policía, arrebatándole la documentación y, subiéndose al coche, aceleró para marcharse del lugar, el agente, que estaba agarrado al espejo de la ventanilla acabó cayendo al suelo.
Cuando el policía local se estaba reincorporando y se disponía a comunicar por radio la matrícula del vehículo, apareció el hijo del conductor. Este le pegó fuertemente en la cabeza con un casco de moto, tirándolo al suelo y golpeándole de nuevo reiteradamente en la cara, según se asegura en la sentencia.
Como consecuencia de la agresión el agente sufrió una contusión nasal con fractura de huesos y una herida en la cara por la que tuvieron que ponerle 12 puntos.
El hijo fue condenado con una pena de cuatro años de prisión como autor de un delito de atentado con instrumento peligroso en concurso ideal con uno de lesiones. También se le ordenaba indemnizar a la víctima con 6.835 euros. El padre fue declarado culpable, imponiéndole siete meses y 15 días de cárcel, por un delito de resistencia a la autoridad.
Ambas partes recurrieron esta resolución judicial, aunque la Audiencia Provincial ha desestimado los argumentos de las partes y ha acabado confirmando íntegramente la sentencia dictada en primera instancia.