Lo que mal comienza, mal termina

Este fin de semana he estado hablando con algunas personas que se encuentran dentro del círculo político cercano a la alcaldesa socialista de Nerja, Rosa Arrabal, y se lamentan de que sigue empeñada en tratar prioritaria y visceralmente los asuntos que más le repercuten en su difícil y frágil posición de poder, además de ocupada en atender asuntos personales o de interés para su partido, en lugar de ocuparse de los que verdaderamente interesan a Nerja. Y esto último, además de pensarlo algunos de sus más «íntimos compañeros», lo denuncian muchas personas en el pueblo.

Su última acción de incluir a Luis Peña en el equipo no ha sentado muy bien en determinados sectores que ven a Peña como una «vuelta atrás», reprochándole a este último su poca dignidad, en cuanto a servir a las mismas personas de su partido que lo defenestraron antes de las elecciones, alegando que no era útil para conseguir ganar las pasadas elecciones municipales. Aunque, por otra parte, me consta que Peña ha sido la única persona que ha ejercido alguna oposición en este pueblo, en la última legislatura de Armijo.

Este último intento por parte de Arrabal de «oír a sus mayores», quizá sea demasiado tardío, ya que tendría que haberlo hecho desde el minuto uno de llegar al gobierno, incluso antes de estar en él y dejar ya de escuchar los «cantos de sirena» de algunos amigos y simpatizantes que lo único que quieren es vivir del pesebre y que Rosa siga deshojando la margarita y mirándose el ombligo, en lugar de hacer política local. Todo esto se une al vergonzante espectáculo del pasado Pleno municipal, en el que, llegados a la parte en la que el público hace sus comentarios en la sala, Servando Jiménez, uno de los ideólogos del PSOE local en la legislatura de Broncano, se levantó y prácticamente se rasgó las vestiduras por el desgobierno que vive nuestra localidad. Servando llegó a decir a los representantes de Ciudadanos que él había asistido al Pleno con una camiseta naranja como símbolo, para que se dieran cuenta de la importancia de su posición en la gobernabilidad de Nerja y preguntó varias veces y abiertamente, dirigiéndose al grupo de gobierno del PSOE: ¿Os habéis vuelto locos?, en un intento final de que unificaran criterios y se liderara un proyecto político serio para nuestra localidad.

Este proyecto político no puede ser liderado por la actual alcaldesa socialista Rosa Arrabal, según algunas personas de su entorno con las que he hablado este fin de semana, que me manifiestan abiertamente haberle retirado su confianza política. Ella misma duda actualmente y desconfía de algunos de los suyos, intentando adivinar quienes estarán conspirando para que, finalmente, se produzca una moción de censura contra su actual gobierno.

Y es que lo que mal comienza, tiene muchas probabilidades de acabar también muy mal. En estas pasadas elecciones municipales el proyecto político común no era el bienestar de los nerjeños, era echar a Armijo. No había pues un proyecto político, ni programas, ni planes, ni objetivos; sino un afán de revancha política que aún continua. Esto sólo ha producido malestar y división en nuestro pueblo que sigue sufriendo el «tu mas que yo» de nuestros representantes. Y al fondo de todos estos despropósitos, una alcaldesa a la que le viene grande el cargo y no está en absoluto preparada para las responsabilidades que se le han venido encima. Muchos dicen que Arrabal no puede gobernar, unos porque no la dejan sus socios políticos, otros porque no sabe. El caso es que Nerja no merece que pasen más meses de incertidumbre, en los que no paramos de vivir sobresaltos y vaivenes políticos.

Las personas con las que hablaba este fin de semana y a las que aludía al principio de esta editorial, concluían recordándome este refrán que viene al caso: Muerto el perro, se acabó la rabia. Ante estas confesiones, la primera pregunta que se me ocurre y que está salvando, de momento, a Arrabal de que la quiten de en medio, es: ¿Quién podría sustituirla en ese caso? y, haciéndome eco de la inquietud de algunos simpatizantes de su partido, hago patente una última pregunta: ¿Quiénes serán los encargados de «matar» políticamente al perro?.

 

Alfredo Alcázar

Director Infonerja.com

 

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